Hola a tod@s!!
Hoy les traigo una receta de una golosina que en Argentina se come siempre a fin de año, durante las fiestas y, a pesar de lo calórico que es, se disfruta de todas maneras. El mantecol es el nombre con el que se lo comercializó, pero el nombre original es halva. Fue un inmigrante griego que llevó la idea a Argentina y bueno, hoy en dia está nacionalizada. El problema, como todas las golosinas que pasan de receta casera a comercial, es la cantidad de ingredientes malsanos que se les agrega, entendiblemente, para mantenerlo comestible la mayor parte del tiempo que se pueda.
A mi me encanta el mantecol, pero desde hace muchos años no lo como, por su indice glucémico alto, ya que lleva muchísima azucar en polvo (o azúcar glass, como le dicen en españa), y sin ese ingrediente, honestamente no queda bien.
He probado hacer la receta utilizando endulzantes aptos y encuentro que ha quedado genial con eritritol y xylitol (aunque es muy costoso) y tambien con agave, que es más económico y ayuda a procesar los ingredientes, así que dos pajaros de un tiro.
Por supuesto y a pesar de que se trata de una versión con ig más bajo, no es ig 0, por tanto, es para comer ocasionalmente.
Ingredientes:
75 gramos de maní/cacahuete pelado, 3 cucharadas de agave, 100 gramos de puré de mani/cacahuete
Tan sencillo como moler el maní hasta que esté arenoso, agregar el agave y el puré y mezclar para integrar. Poner en un molde filmado, apretando para que quede firme y refrigerar al menos 12 horas antes de comer.
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