En
este cuarto ensayo, y ya con el queso hecho, vamos a ponerlo en conserva. Este ensayo se hizo con leche de vaca.
La primera parte siempre es igual. Y para ello necesitamos:
1 litro de leche devaca
3 cucharadas de hongo kéfir
Poner
en una jarra el hongo, agregamos la leche, se tapa con gaza o lienzo
para que no le caiga nada adentro y se deja fermentar 24 horas a
temperatura ambiente.
Pasado este tiempo, colar la leche del kéfir, volver el kéfir a la jarra y agregar 1 litro de leche para que siga alimentándose.
Poner
en un bol el colador de plástico,
cubrir con lienzo limpio y volcar la leche, para separarla del suero.
Cerrar el paño y apretar para eliminar el suero que quede en exceso,
dejarlo en el colador con el lienzo y ponerle encima un plato o tapa, y
encima un peso, para que termine de eliminar el suero. Este proceso me
tomó unas 6 horas. Luego, abrir el paño, terminar de juntar el queso que esté adherido en el paño y empezar a formar bolas, que echaremos en un frasco con aceite de oliva virgen extra, pimienta en grano y romero seco. Al terminar, tapar con una gaza y reposar un día para empezar a comer. No se puede cerrar completamente porque el kéfir al fermentar genera alcohol.
Nota: para que el queso salga un poco más grande, conviene preparar dos leches kefiradas. Se prepara la primera, cuando se cuela, se refrigera hasta el día siguiente a la espera de la siguiente leche kefirada. Se mezclan las dos, la que ya está en la nevera del día anterior y la nueva. De esta forma se obtiene un queso más grande.
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