En este tercer ensayo, pruebo la técnica de "curar" el queso de kéfir. La primera prueba la hice con queso hecho de leche de soja.
La primera parte siempre es igual. Y para ello necesitamos:
1 litro de leche de soja o de vaca
3 cucharadas de hongo kéfir
Poner
en una jarra el hongo, agregamos la leche, se tapa con gaza o lienzo
para que no le caiga nada adentro y se deja fermentar 24 horas a
temperatura ambiente.
Pasado este tiempo, colar la leche del kéfir, volver el kéfir a la jarra y agregar 1 litro de leche para que siga alimentándose.
Poner en un bol el colador de plástico,
cubrir con lienzo limpio y volcar la leche, para separarla del suero.
Cerrar el paño y apretar para eliminar el suero que quede en exceso, dejarlo en el colador con el lienzo y ponerle encima un plato o tapa, y encima un peso, para que termine de eliminar el suero. Este proceso me tomó unas 6 horas. Luego, abrir el paño, terminar de formar la bola con las manos y poner en un bol con salmuera. Ponerle encima del queso una tapa o plato para que no se quede ninguna parte fuera del agua. Dejar durante unas 3 horas. Luego sacar, escurrir, poner en un paño limpio y cerrar. Colgar en un sitio a donde no moleste, ya que va a estar durante un tiempo.
Este queso se puede dejar curar durante 15 días, 1 mes o más tiempo, dependiendo de lo que aguantemos sin comerlo.
Este queso se puede dejar curar durante 15 días, 1 mes o más tiempo, dependiendo de lo que aguantemos sin comerlo.
Ya está listo para comer.
Nota: para que el queso salga un poco más grande, conviene preparar dos leches kefiradas. Se prepara la primera, cuando se cuela, se refrigera hasta el día siguiente a la espera de la siguiente leche kefirada. Se mezclan las dos, la que ya está en la nevera del día anterior y la nueva. De esta forma se obtiene un queso más grande.
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