Siempre hago los panqueques normales y los relleno con una mezcla de espinaca y ricotta... pero esta vez, tenía ganas de cambiar algo. No es un invento nuevo, pero a mi me ha dejado encantada, sobre todo por lo esponjoso del panqueque.
Ingredientes:
Masa: 1 taza de espinacas congeladas descongeladas, 1 huevo, 3 cucharadas colmadas de harina de cebada, sal, pimienta.
Relleno: 1 pote de ricotta de 250 gramos, 1 sobre de parmesano rallado de 40 gramos
Salsa: 1 cucharada de aceite de oliva, 1 cucharada de harina de cebada, leche desnatada, sal, pimienta, nuez moscada
Masa: Poner en el vaso de la procesadora todos los ingredientes y batir hasta homogeneizar. Luego, calentar una sartén, pincelar con aceite y verter la masa a cucharadas, extendiendo para hacer un panqueque del grosor deseado. Cuando esté hecho de un lado, dar la vuelta y hacer del otro. Así hasta terminar la masa.
Relleno: Mezclar los dos ingredientes y salpimentar si hace falta. Recordar que el parmesano es salado.
Salsa: calentar una sartén con el aceite, agregar el harina y revolver para evitar los grumos. De a poco agregar la leche, siempre revolviendo y hacer a fuego bajo hasta que esté espesa. Echar sal, pimienta y nuez moscada.
Poner el panqueque en un plato y extender el relleno.
Luego, enrrollar el panqueque y poner en una bandeja apta para horno.
Echar por encima la salsa bechamel, espolvorear con un poco más de parmesano (o no) y hornear para calentar todo.
Y listo!!!
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